Todavía guardo un recorte de una revista musical con la letra de "Tres hojitas, madre", sobre la lucha minera, que cantaba allá por los 70 una jovencísima Elisa Serna. De pronto me la encontré este año en Libertad8. Me dió una gran alegría conocerla en persona. Luego ví lo deliciosa que era. Qué ganas tenía de investigar en la composición. Cómo seguía creyendo en aquellos ideales. Fué un palo enterarme de su muerte. Hay gente que vive para nada y otra que muere cuando tenia tanto que dar.
Podrías haber esperado en tu sillón
A que la muerte te viniera a visitar,
Pero preferiste salir a su encuentro,
Morir cantando, que era tu modo
De volar.
Pequeña pero matona, dulce y peleona;
Me reafirmaste en que hay que reír;
Que así el dolor parece menos
Y que el amor más se deja sentir
Elisa… vuelas ya.
Y que no todos los grandes miden dos metros
Lo dijo tu presencia imprescindible;
El punto de la i, el rabillo de la coma;
La casa hoy sin ti
Será más sola
Vuela, Elisa, avecilla inquieta,
Sonrisa pícara, mente trotadora;
Y sea donde sea que vayas,
Allí todo será mejor a partir de ahora.
(L.C.Crespo Aguirre, 2018.11.25)
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